Mi madre le decía a menudo a mi hermana que disfrutara tanto como pudiera de sus hijas, que el tiempo pasa demasiado rápido. Y ese día me llegó a mí, el de notar esa velocidad escurridiza, sentir que mi sobrina Joana ya estaba cambiando físicamente, poniendo una leve barrera entre su cuerpo y el mío. Mi otra sobrina, Mariona, por el contrario, se deja hacer cosquillas todavía. El contraste entre una y otra hizo decidirme a fotografiar ese cambio, ese tiempo de las cerezas en el que todo va muy rápido. Me dí cuenta y recordé que crecer es incómodo, como cuando el zapato aprieta y el pie empuja.
Tovet es un proyecto en curso, sin fecha de caducidad, en el que voy archivando todas las imágenes que tomo a mis sobrinas en los espacios que compartimos en nuestro entorno familiar.